Si no eres tú, sin duda conoces a alguien que cada vez que toma un yogurt, leche, consume crema o un pedazo de queso, se enferma del estómago. Esto puedes ser más que un simple problema momentáneo y aquí te explicamos porqué:

Con intolerancia a la lactosa, nos referimos a la incapacidad de digerir azúcar lactosa. Esto, producto de una carencia de la enzima “lactasa”, lo que trae como consecuencia, retorcijones abdominales y diarrea, entre otros. Si tienes deficiencia de lactasa, lo que hace la lactosa de los alimentos es desplazarse hasta el colon en lugar de procesarse y absorberse. Una vez en el colon, las bacterias comunes interactúan con la lactosa que no se absorbió y esto provoca los síntomas de esta intolerancia.

¿Cuáles son las causas?

Esto se origina cuando el intestino delgado no produce una cantidad suficiente de lactasa, que es la enzima que nos permite digerir el azúcar de la leche sin complicaciones.

La lactasa convierte el azúcar de la leche en dos azúcares simples como la glucosa y galactosa, que se absorben mediante la mucosa intestinal e ingresan al torrente sanguíneo.

Tipos de intolerancia a la lactosa

Primaria: es la más común y suele presentarse en el momento en que los niños comienzan a reemplazar la leche materna por otros alimentos, lo que hace que su cantidad de lactasa disminuya, manteniéndose lo suficientemente alta como para digerir productos lácteos presentes en una clásica dieta de adultos. Aquí la producción de lactasa disminuye bastante, lo que provoca que los lácteos sean difíciles de ingerir una vez en la adultez.

Secundaria: Se produce cuando el intestino delgado disminuye la producción de lactasa luego de una enfermedad, lesión o cirugía que afecte a dicho órgano. En cuanto a enfermedades asociadas a este tipo de intolerancia a la lactosa, se encuentran la infección intestinal, celiaquía, proliferación bacteriana y enfermedad de Crohn.

Congénita o del Desarrollo: Es la menos común y suele ocurrir cuando los bebés nacen con falta de lactasa, trastorno transmitido de una generación a otra, es decir, tanto la madre como el padre de un bebé, deben transmitir la misma variante genética para que esto sea padecido por los bebés. Los bebés prematuros también son propensos a esto, debido a su bajo nivel de lactasa.

Principales síntomas

Diarrea

Náuseas

Vómitos

Cólicos estomacales

Hinchazón

Gases.

Tratamiento

Luego de un diagnóstico, se suele recetar que se evite la lactosa, tomar complementos de lactasa, cambiar la dieta evitando alimentos y productos lácteos. Estas personas deben tomar suplementos de calcio para prevenir el déficit de éste.

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Fuentes
https://www.mayoclinic.org/
https://www.mayoclinic.org/
https://www.msdmanuals.com/

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